
Reciclaje de RAEEs versus obsolescencia programada
Parece que por fin, los gobiernos comunitarios han decidido poner sobre la mesa el tema de la obsolescencia programada. Un grave problema, que genera millones de toneladas de residuos eléctricos y electrónicos (RAEE) y que podría evitarse, estableciendo un marco normativo serio a seguir por las empresas fabricantes. Y es que incentivar el consumo responsable debe ser uno de los objetivos principales de los gobiernos, para atajar el cambio climático, dentro de sus políticas medioambientales.
Pero, ¿qué es la obsolescencia programada?
La obsolescencia programada es la determinación del fin de la vida útil de un producto por parte de su fabricante. De modo que, tras un período de tiempo, se torne obsoleto, inútil o inservible, cualquiera que sea el motivo, por ejemplo por falta de repuestos, y haya que comprar otro nuevo que lo sustituya.
Entonces, entramos en un ciclo escalado de consumo que beneficia a las empresas, empobrece al consumidor final y destruye el medioambiente.
¿Cómo conseguir frenar la obsolescencia programada?
Esto es lo que intenta atajar el Parlamento Europeo con la nueva normativa que se está preparando y que permitirá que el usuario sea capaz de reparar su aparato eléctrico o electrónico sin dificultades. ¿Cómo? Estableciendo por un lado medidas de cumplimiento para los fabricantes y de otro, estimulando las ventajas fiscales para los que opten por fomentar la reparación de sus productos. Teniendo en cuenta ciertas funcionalidades a la hora de elaborar el diseño de un producto, es sencillo, por ejemplo que muchas de sus piezas sean extraibles y reemplazables.
¿Con esto se evitaría en gran medida el avance de la contaminación del planeta?
Definitivamente sí. Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEEs) contienen materiales recuperables, que evitan la explotación de nuevos recursos naturales, y otros que son extremadamente contaminantes para el medioambiente, como plástico, polipropileno, plomo, etc.
Nos declaramos totalmente a favor de este tipo de medidas que reduzcan la obsolescencia programada y también os aconsejamos que, si tenéis que deshaceros de RAEEs, lo hagáis en puntos limpios o contactéis con una empresa, que como Reciclamás, se dedique a la correcta gestión y reciclaje de RAEEs, para que los materiales perjudiciales se reciclen, se utilicen menos recursos naturales en nuevas producciones, y por tanto, se beneficie nuestro entorno.
¡Por un entorno más limpio! 🙂